jueves, 15 de agosto de 2013

Gracias

Luego de que me fui de tu casa pasé por un puesto de bagatelas.  Pregunté por un par de cuadros para el nuevo cuarto y me puse a remover los libros aún por organizar (el puesto iba abriendo).  Y mientras terminé de ojear algunos tomos de enciclopedia barata, encontré un par de cosas de interés: unos cuadros de Zeng Fanzhi que se parecían  mucho a los que mi padre traía de sus viajes a China. La pintura de Zeng Fanzhi de caracteriza por personajes llenos de máscaras cuando están en grupos sociales (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), casualmente Fanzhi es un pintor del realismo. Mi padre decía que esos no eran cuadros, eran fotografías del modernismo social. Algún despistado dejó una copia –bastante burda- del autorretrato de Fanzhi. Te confieso que me recordó mucho a ti, tenía la chaqueta rojo sobrio que llevabas cuando te deje hoy, las manos en los bolsillos, que es la providencia de los tímidos, el corte de tu cabello cuando según tú te ves tonto, cuando bien sabes que de tonto no tienes ni un pelo, hasta guapo se te ve. Y lo más curioso es el rostro, tan parecido al tuyo, espera… un momento, su rostro es una máscara. De pronto sentí la necesidad de comprarlo.

2.
Entre el cuadro y los libros recordé que la inspiración de Fanzhi, además de lo dicho antes, era la literatura del psicoanálisis, por lo que no es difícil deducir que leía mucho a Freud y Lacan, entre los más conocidos. Nuestros antepasados, me pongo a pensar un poco en eso. Tú y yo, futuros antepasados de nuestra descendencia.

3.
Cuando pagué por la pintura y un par de libros de Sigmund Freud que de seguro te iban a gustar (precio especial, pero sin mucho regateo, por la hora sobre todo), la vendedora me dijo el clásico “que tengas buena mano”. En Perú esta frase significa un modo muy especial de dar gracias al primer cliente del día. Una variación también es la de persignarse con el dinero recibido, hacer la señal de la cruz con la mano apretando el dinero, como si la barrera entre agradecer y fetichizar se disolviera  y el dinero asumiera la encarnación misma del milagro. Aunque cada persona tiene derecho a su fetiche favorito, me gusta más el “que tengas buena mano”. En realidad esta mañana la expresión me abordó casi como una deuda, como si además de los cuadros hubiera comprado un hechizo de buena fortuna o algo así, y por un instante vi mi mano como un objeto ajeno y hechizado.
Busque una tienda para desayunar, sin dejar de ver mi mano y pensar que, efectivamente, mi mano está implicada.  Una mano ni buena ni mala, como el mismo destino.  ¿Lo definimos nosotros? Tal vez con nuestras acciones pero eso es otro tema. Aquí va la tercera mano esa que en un tablero de ajedrez sería como la segunda reina, y cuya intervención no sería nada inofensiva. Mi tercera mano de la fortuna. O algo así.

4.
¿Qué manos habrán traído todos estos libros y cosas en lo que nos hemos encontrado tantas veces, tú y yo? Como si encontráramos algo que no estuvimos buscando, por lo menos no conscientemente.  Desde la mano que nos sacó a la intemperie de la vida, las que nos ayudaron a cruzar la pista, a cruzar los aeropuertos, ese donde nos encontramos, al que fui tantas veces con mi madre y hermanas. Las manos que nos golpearon y nos hicieron tomar control de nuestro cuerpo; Las manos que empuñaron nuestras pequeñas manos y nos enseñaron a garabatear encima de un papel. Imposible es para mi nombrar cada cadena de manos que me hicieron y en algunos casos me deshicieron. Precisamente en eso pensaba hace unas semanas, en mis antepasados, y pensé en ti; Cuando tus manos llevabas un libro de Russell azul de despedida la ultima vez que te vi en ese aeropuerto. Tus manos cuando me hicieron saber cuerpo. Bendije las manos que te trajeron a mi.

5.
Al  azar, con estas manos que aún huelen a ti, Los camino de la libertad  de Russell. Leo.

El agradecimiento, aun bajo la forma de remuneración, puede llevar a un cierto placer en la vejez
a un hombre de ciencia que ha luchado duramente toda su vida contra el prejuicio académico, o al 
artista que ha sufrido el ridículo por muchos años, por no pintar del mismo modo que sus 
precursores, pero su trabajo no ha sido inspirado por una esperanza de tales goces. Todo el trabajo
mas importante se debe a un impulso en que no se calculan las ventajas que uno puede lograr, y puede promoverse, más bien que por afán de recompensa tardías, con facilitar  las circunstancias que conserven el impulso y dan mayor ocasión para manifestarse en las actividades a que éste estimula.

Agradecimiento, si. Me parece bien estúpido que piensen que las gracias sean pagadas con objetos, como en los Oscar, "I wish to thank the Academy", o algo más simple, "el empleado del mes" dando los vales de consumo como agradecimiento, como si pudiera volverse objeto las gracias ¿Qué objeto pudiera ser el agradecimiento mismo? NO puedo pensar en otro que en los libros. El agradecimiento de los libros al principio de la narración. Pero incluso eso no es suficiente. Parece mezquino y parco, económico. Tendría que poner agradecimiento por cada mano que nos trajo el libro, manos de buena fortuna que te trajeron a ti, pienso. Excelentes manos a forma de suerte que permitieron poner en contacto muestras manos tocando nuestros rostros, como amantes que huelen en la oscuridad, que se miran con los ojos cerrados la buena  fortuna que tienen de conocerse.

6.
"Gracia", es equivalente a regalo, entonces, "gracias" se revela como metáfora, como una palabra pequeña, sustentando un todo, como regalo mismo, como el libro que me diste. Y el que te daré mas tarde, al que de seguro corresponderás con un gracias, convirtiendo el presente en algo rotativo, en pasado, integrándolo a nuestra historia mas continua del momento del habla.
"Gracias" tambien indica futuro, es aceptar que hemos sido cambiados en alguna medida, o aliviados. Es una acción dicha con fe.

Podríamos agregar que el librero que me vendió los cuadros y los libros, me dio un valor multiplicado de "gracias", no solo me dijo el acostumbrado fetiche y/o acto de fe, sino que tambien me agregó la carga de su fortuna diaria cuando me dijo "que tengas buena mano"
En una transacción normal uno recibe intercambia dinero por algo de valor equivalente. ¿Podemos ponerle un real valor a un libro de estos grandes? No lo sé. Evidentemente yo salí ganando por la generosidad del vendedor.

Me llevé la suerte, y el vendedor a la vez, con su creencia, se quedó con ella. Tal vez eso es lo mas bello de dar las gracias, que darlas de este modo, solo puede multiplicarlas.

Pero, importa poco.

Cuando me fui no te dije "te quiero" sino "gracias". En realidad me cuesta ver la diferencia tratándose de ti. Te di algo con lo que me quedé y me diste algo te llevaste. Dice Lacan sobre el amor, (está en el libro que te compre) que damos lo que no tenemos, y que al darlo (de eso se trata el amor) lo creamos.

7 y último, promesa.
Abro de nuevo al azar a Russell. Leo lo siguiente. Agradezco:

El arte que surge del lado salvaje y anárquico de la naturaleza humana; entre el artista y el burócrata tendrá siempre que haber un antagonismo hondo, continuar una lucha de hace muchos siglos, en la cual el artista, siempre vencido exteriormente, vence al fin por la gratitud de la humanidad a causa de la alegría que crea durante su vida.

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