martes, 31 de diciembre de 2013

Itinerario del 2014



Más austeridad, disciplina y concentración; más atención a los detalles (en mi trabajo); una noción más claro de lo que significa el poder y la voluntad; huir de esas posturas de artistas, escritores o "alguien" de sentir que el mundo no los merece. retornar al poder de las persecuciones; la insistente y agridulce búsqueda por alimentar el amor; el propio y el que lanzamos a los demás; aprender otro idioma (francés de preferencia); hacer ejercicios por lo menos un mes al año; tomar desayuno mínimo 5 veces a la semana; trazar psicogeografias en la cuidad que habito; aprender a bailar con más soltura (o mas ritmo); seguir escribiendo a pesar de todo y de todos, porque  lo necesito, porque eso soy, porque si, porque ni modo, porque así entiendo y me entiendo con la vida; más de Benjamin y Ciel, y más de mi para ellos; abrazar a más gente; sonreír más; besar más; reconocer que la mayoría de mis amigos navegan con bandera de inocentes...; ver a mas personas directo a los ojos; seguir pensando en la resistencia; no como escapatoria de algo sino como método de liberación, ¿de qué? quien sabe. Pero eso no le importa a la resistencia. El caso es resistir, insistir, y dejarte llevar por las miradas, por los paisajes aunque sean banales pero reales. Y seguir explorando el fascinante mundo del vino. 

jueves, 15 de agosto de 2013

Gracias

Luego de que me fui de tu casa pasé por un puesto de bagatelas.  Pregunté por un par de cuadros para el nuevo cuarto y me puse a remover los libros aún por organizar (el puesto iba abriendo).  Y mientras terminé de ojear algunos tomos de enciclopedia barata, encontré un par de cosas de interés: unos cuadros de Zeng Fanzhi que se parecían  mucho a los que mi padre traía de sus viajes a China. La pintura de Zeng Fanzhi de caracteriza por personajes llenos de máscaras cuando están en grupos sociales (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), casualmente Fanzhi es un pintor del realismo. Mi padre decía que esos no eran cuadros, eran fotografías del modernismo social. Algún despistado dejó una copia –bastante burda- del autorretrato de Fanzhi. Te confieso que me recordó mucho a ti, tenía la chaqueta rojo sobrio que llevabas cuando te deje hoy, las manos en los bolsillos, que es la providencia de los tímidos, el corte de tu cabello cuando según tú te ves tonto, cuando bien sabes que de tonto no tienes ni un pelo, hasta guapo se te ve. Y lo más curioso es el rostro, tan parecido al tuyo, espera… un momento, su rostro es una máscara. De pronto sentí la necesidad de comprarlo.

2.
Entre el cuadro y los libros recordé que la inspiración de Fanzhi, además de lo dicho antes, era la literatura del psicoanálisis, por lo que no es difícil deducir que leía mucho a Freud y Lacan, entre los más conocidos. Nuestros antepasados, me pongo a pensar un poco en eso. Tú y yo, futuros antepasados de nuestra descendencia.

3.
Cuando pagué por la pintura y un par de libros de Sigmund Freud que de seguro te iban a gustar (precio especial, pero sin mucho regateo, por la hora sobre todo), la vendedora me dijo el clásico “que tengas buena mano”. En Perú esta frase significa un modo muy especial de dar gracias al primer cliente del día. Una variación también es la de persignarse con el dinero recibido, hacer la señal de la cruz con la mano apretando el dinero, como si la barrera entre agradecer y fetichizar se disolviera  y el dinero asumiera la encarnación misma del milagro. Aunque cada persona tiene derecho a su fetiche favorito, me gusta más el “que tengas buena mano”. En realidad esta mañana la expresión me abordó casi como una deuda, como si además de los cuadros hubiera comprado un hechizo de buena fortuna o algo así, y por un instante vi mi mano como un objeto ajeno y hechizado.
Busque una tienda para desayunar, sin dejar de ver mi mano y pensar que, efectivamente, mi mano está implicada.  Una mano ni buena ni mala, como el mismo destino.  ¿Lo definimos nosotros? Tal vez con nuestras acciones pero eso es otro tema. Aquí va la tercera mano esa que en un tablero de ajedrez sería como la segunda reina, y cuya intervención no sería nada inofensiva. Mi tercera mano de la fortuna. O algo así.

4.
¿Qué manos habrán traído todos estos libros y cosas en lo que nos hemos encontrado tantas veces, tú y yo? Como si encontráramos algo que no estuvimos buscando, por lo menos no conscientemente.  Desde la mano que nos sacó a la intemperie de la vida, las que nos ayudaron a cruzar la pista, a cruzar los aeropuertos, ese donde nos encontramos, al que fui tantas veces con mi madre y hermanas. Las manos que nos golpearon y nos hicieron tomar control de nuestro cuerpo; Las manos que empuñaron nuestras pequeñas manos y nos enseñaron a garabatear encima de un papel. Imposible es para mi nombrar cada cadena de manos que me hicieron y en algunos casos me deshicieron. Precisamente en eso pensaba hace unas semanas, en mis antepasados, y pensé en ti; Cuando tus manos llevabas un libro de Russell azul de despedida la ultima vez que te vi en ese aeropuerto. Tus manos cuando me hicieron saber cuerpo. Bendije las manos que te trajeron a mi.

5.
Al  azar, con estas manos que aún huelen a ti, Los camino de la libertad  de Russell. Leo.

El agradecimiento, aun bajo la forma de remuneración, puede llevar a un cierto placer en la vejez
a un hombre de ciencia que ha luchado duramente toda su vida contra el prejuicio académico, o al 
artista que ha sufrido el ridículo por muchos años, por no pintar del mismo modo que sus 
precursores, pero su trabajo no ha sido inspirado por una esperanza de tales goces. Todo el trabajo
mas importante se debe a un impulso en que no se calculan las ventajas que uno puede lograr, y puede promoverse, más bien que por afán de recompensa tardías, con facilitar  las circunstancias que conserven el impulso y dan mayor ocasión para manifestarse en las actividades a que éste estimula.

Agradecimiento, si. Me parece bien estúpido que piensen que las gracias sean pagadas con objetos, como en los Oscar, "I wish to thank the Academy", o algo más simple, "el empleado del mes" dando los vales de consumo como agradecimiento, como si pudiera volverse objeto las gracias ¿Qué objeto pudiera ser el agradecimiento mismo? NO puedo pensar en otro que en los libros. El agradecimiento de los libros al principio de la narración. Pero incluso eso no es suficiente. Parece mezquino y parco, económico. Tendría que poner agradecimiento por cada mano que nos trajo el libro, manos de buena fortuna que te trajeron a ti, pienso. Excelentes manos a forma de suerte que permitieron poner en contacto muestras manos tocando nuestros rostros, como amantes que huelen en la oscuridad, que se miran con los ojos cerrados la buena  fortuna que tienen de conocerse.

6.
"Gracia", es equivalente a regalo, entonces, "gracias" se revela como metáfora, como una palabra pequeña, sustentando un todo, como regalo mismo, como el libro que me diste. Y el que te daré mas tarde, al que de seguro corresponderás con un gracias, convirtiendo el presente en algo rotativo, en pasado, integrándolo a nuestra historia mas continua del momento del habla.
"Gracias" tambien indica futuro, es aceptar que hemos sido cambiados en alguna medida, o aliviados. Es una acción dicha con fe.

Podríamos agregar que el librero que me vendió los cuadros y los libros, me dio un valor multiplicado de "gracias", no solo me dijo el acostumbrado fetiche y/o acto de fe, sino que tambien me agregó la carga de su fortuna diaria cuando me dijo "que tengas buena mano"
En una transacción normal uno recibe intercambia dinero por algo de valor equivalente. ¿Podemos ponerle un real valor a un libro de estos grandes? No lo sé. Evidentemente yo salí ganando por la generosidad del vendedor.

Me llevé la suerte, y el vendedor a la vez, con su creencia, se quedó con ella. Tal vez eso es lo mas bello de dar las gracias, que darlas de este modo, solo puede multiplicarlas.

Pero, importa poco.

Cuando me fui no te dije "te quiero" sino "gracias". En realidad me cuesta ver la diferencia tratándose de ti. Te di algo con lo que me quedé y me diste algo te llevaste. Dice Lacan sobre el amor, (está en el libro que te compre) que damos lo que no tenemos, y que al darlo (de eso se trata el amor) lo creamos.

7 y último, promesa.
Abro de nuevo al azar a Russell. Leo lo siguiente. Agradezco:

El arte que surge del lado salvaje y anárquico de la naturaleza humana; entre el artista y el burócrata tendrá siempre que haber un antagonismo hondo, continuar una lucha de hace muchos siglos, en la cual el artista, siempre vencido exteriormente, vence al fin por la gratitud de la humanidad a causa de la alegría que crea durante su vida.

jueves, 8 de agosto de 2013

Helena de Troya, por mi.

Dando inicio al relato de Helena de Troya, así: S1 ᴧ O ᴠ S2
Y terminandolo , así: S1 ᴠ O ᴧ S2. Sigo con la explicación mas simple que leerte todo el libro o ver la película de dos horas (aprox)

Situación Inicial = S1 ᴧ O ᴠ S2
Donde:
S1 = Menelao
S2 = Paris
O = Helena
Con: (ᴧ) = Conjunto y (ᴠ) = Disjunto.
Con la ayuda de Venus, París rapta a Helena, hay entonces un cambio en la situación inicial, Paris resulta conjunto (ᴠ) con Helena y Venus opera como el poder que vehicula ese cambio de estado:
S2 /Venus/ → [(S2 ᴠ Op) → (S2 ᴧ Op)]
Así:
S1 / = S2 / → [(S1 ᴧ O ᴠ S2) → (S1 ᴠ O ᴧ S2)]
Dándose la situación Final:
S1 ᴠ O ᴧ S2
Helena es llevada a Troya, realizando el vínculo entre Paris (S2) y Helena (O), que implica la separación entre Menelao (S1) y Helena (O).

Tal la modelización lógica (simplificada) de un relato, pa la gente.

miércoles, 10 de abril de 2013

¿Dónde está mi J. Ellroy?

Cuando éramos niñas mi hermana y yo pasábamos muchas horas del día al cuidado de mi madre. Y ella pasaba muchas horas del día al cuidado de sus libros. Libros de todos los tamaño, al parecer mi madre no juzgaba por el peso o las molestias que, además de cargar con las mochilas y con sus hijas, se las arreglaba para no soltar su libro de la mano.

Mientras conducía  en cada semáforo rojo abría el libro y desesperadamente se ponía a leerlo. No se daba cuenta si no era porque le gritábamos al rato mi hermana y yo, las dos en coro "ya va en verde má, avanza". Entonces levantaba la vista, miraba al frente y como si hubiera aterrizado de un viaje lejano, se tomaba su tiempo para reaccionar, y bueno, cerraba su libro, lo ponía a un lado y empezaba a manejar.

Cuando nos llevaba al pediatra, se quedaba en la sala de espera y leía un libro. Mi hermana y yo aprovechábamos para hacer de las nuestras, metíamos a las barbies de cabeza en la pecera fingiendo que eran sirenas. Mi madre ni se enteraba, si no fuera porque la enfermera salía y nos decía ¡No niñas, salgan de ahí!
Entonces mi mamá apartaba la mirada del libro y otra vez, ¡esa miraba de viajera mental!  Cerraba su libro y nos regañaba.

En el carro de mi padre nunca faltaba un libro del autor favorito de mi madre, J. Ellroy. Me acordé de eso hace poco, cuando abrió el baúl (si, baúl) de libros antiguos para hacer limpieza. La mayoría de Ellroy.

Recuerdo que mi mamá hablaba de él, muchas veces, tal vez cien, tal vez mil en mi exageración infantil.
Pero decía cosas como " J. Ellroy es un hombre así, que también es asá" "Que James Ellroy vivió en decadencia por mucho tiempo pero es un genio que en su momento fue incomprendido y bla y ble" no recuerdo con certeza lo que decía pero yo investigué sobre él  y he leído algunos de sus libros (que son altamente recomendables). Mi madre vivía enamorada de las obras de James Ellroy y heredé esa pasión por ese tipo de literatura. Conspiración, crudeza, extremo, moral él tiene una precisión asombrosa mezclando personajes ficticios y reales en un marco de hechos históricos. 

Mi madre en su loca obsesión momentánea de aquellos años en los que uno se permite soñar abiertamente. Caló hondo en mi. Primero lo odié porque ella era su fan number one. Sentía que ese genio se robaba la atención mi madre y lo odié un poquito. A los quince años volví a leer una de sus obras y cuando estudié psicología decidí estudiar su perfil.  Y desde entonces por nostalgia o por admiración ando buscando a mi J. Ellroy.


"Soy conservador por temperamento. Estoy en desacuerdo con la actividad criminal. Estoy muy firme y de manera clara del lado de la autoridad. La verdad es que prefiero pecar de mucha autoridad que de poca." J. Ellroy.



sábado, 9 de febrero de 2013

Convaleciente

Cuentan que cuando uno va a morir, lo sabe. Yo lo supe un martes en la mañana. Cuando desperté con una angustia oprimiéndome en el pecho, mi cabeza confundida como si despertara de un mal sueño, sin fuerzas, mis brazo como plomo. No hablemos de lo físico, mi alma era el problema. Sentía un vació, una ausencia. Sentía, como dije, que todo era un mal sueño, una pesadilla. Algo que no podía contárselo a nadie más porque probablemente se reirían de mi. Yo lo sabía, me iba a morir.

Aterrada seguí mi mañana sin quitarme de la mente la idea que pronto moriría. Me serví café, esta vez le presté atención a todo el procedimiento a algo que hacía siempre como rutina. Me quede mirando fijamente el cronometro del microondas 1:50 minutos, contando en reversa. ¿Que pasaría si yo pudiera irme de adelante para atrás? Recordé a Barnes con está pregunta: "¿Qué propósito evolutivo posible podría servir la nostalgia?"  Así que pensé que no era buena idea atormentarme con eso. Creo.

Me paré en medio de mi habitación con la pequeña taza de café entre mis manos. Hacía frío y el vapor del café lo quería en toda mi cara. Abrí los ojos luego de tomar el café y me quede mirando cada cosa que estaba en mi habitación. Y pensar que todo tiene una historia, grande o pequeña eran parte de mi vida, de mi historia y de los que la compartieron conmigo. Pensé que todo eso quedaría en el olvido cuando yo muriera, que sería como si yo no hubiera existido. Empecé a llorar sin saber que no iba a parar.

Ya era casi las 3:00 pm y pensé que tenía que aprovechar el poco tiempo que me quedaba para mí. Me senté frente a la computadora y empecé a borrar fotos, correos que nunca me atreví a mandar y que no pensaba hacerlo después de muerta. No tenía nada vergonzoso en mis redes, ni buzones sociales así que apunté mis claves de FaceBook, Twitter, Blogger, Gmail, Instagram y YouTube en un post-it y lo dejé pegado en la pantalla para que mi madre lo viera y cerrara mis cuentas. No quería ser una muerta con replies, mensajes en mi muro o correos.

Hice lo mismo con mi celular. Si me encontraban en la calle, la lógica que las series como CSI NY me habían enseñado era que lo primero que harían es llamar al último numero marcado. Como yo no pongo nombres normales como madre, hermana o padre. Llamé a Dina Paucar, así estaba en mi directorio mi madre. Una llamada perdida para que luego la llamaran. Importante fue desbloquear mi celular. No quería que perdieran tiempo adivinando 4 numeritos, le facilité el trabajo. En mi habitación revisé mi ropero y tiré medias, brasieres y calzones pasados de moda. Que Zeus me libre de que piensen que aún me ponía esos trapos tan cómodos.

Cayó la noche, me atormentaba pensar en tantos trámites que tenía que hacer, pensé que uno ya no podía ni morirse en paz. Me sentía muy triste, asustada. No pude más, me eché en mi cama y abrí mi lap top. Vi las fotografías que habían quedado. Cuantas historias caben un una fotografía, cuantos recuerdos y olvidos caben en un papel roto o en una carta borrada de Word. Al menos sabía que me iba a morir, era afortunada. Me quede dormida. Era miércoles y me despertó una llamada de "Dina Paucar, mi madre. " Al fin me contestas, son las 3 pm pensé que te había pasado algo! "  Si supieras mamá.

Luego, miré el calendario. Me quedé un momento pensando. Comprendí todo.

Ese miércoles supe porque sentía que me iba a morir. Ese miércoles se cumplía un año de habernos ido. Un año exactamente de separarnos para siempre. Mi recuerdo bloqueó la fecha pero mi cuerpo tiene memoria propia. Abrí los ojos y miré ligeramente al techo sonriendo a medias. Comprendí. Morí un poco cuando nos dejé.

"Cuenta la leyenda que cuando vas a morir, lo sabes. Yo morí un miércoles 15 de agosto y resucité el mismo día. Y tú, ¿ Cuántas veces has muerto?"





Many's the time I ran with you down
The rainy roads of our old town
Many the lives we lived in each day
And buried altogether 
Don't laugh at me

Don't look away.

Bedshaped
Keane.











miércoles, 23 de enero de 2013

Lloré lagrimas de cocodrilo.

Y entonces me eche a llorar...
En cierto modo llorar esta bien mientras dura; pero uno tiene que parar tarde o temprano, y entonces hay que decidir que se va hacer...


Mis lágrimas se acababan y yo moría de sed - ¿Sed de venganza? - no, más bien de simple agua, llorar cansa y agota, y si pensaba levantarme, tenía que recuperar mis fuerza. Esta vez no pensaba caer en lo mismo.

¿Porque estaba llorando?

A veces el "porque" no es la causa.
Me tendieron una trampa, se burlaron de mi, conspiraron en mi contra con calumnias, pretendieron humillarme y casi lo logran, digo casi porque siempre he pensado que solo pueden humillarte y hacerte sentir menos si tu lo consientes. Pensé que era envidia, ¿Como podrían aceptar tanta felicidad ajena?  pero se que cuanto más mediocre es una persona, más cree que el rechazo que le tienen es envidia.
Así que, ese no era mi caso.

Pregúntame ¿Por quien estabas llorando?
Tal vez esa sea la pregunta correcta "¿Quien?" por que más que los actos en sí, las personas que lo cometen son lo importante. Hay millones de personas en este mundo tan injusto, pero solo una te puede hacer sentir que ese mundo injusto esta sobre ti. Duele.

Ellos me lo advirtieron, me dijeron que no me le acerque, que nada bueno podría salir de él. Cuando sabes que tienes colmillos lo mejor que puedes hacer es alejarte de los que quieres, porque al final terminas lastimandolos.

Y ahí estaba él, frente a todos. Todas esas víboras reunidas botando su veneno con sonrisas desafiantes y miradas cómplices. La gente hipócrita pues, que te sonríe y te habla bajito.

Mientras él estaba ahí, en aquella reunión llamada boda yo me quede en mi casa, ordenando, dejando todo limpio para cuando el regrese ya no este de mal humor y como probablemente llegue borracho, tenga ganas de hacerme el amor como lo hacia antes.
Carajo! ¿Antes de qué? ¿Qué pudo suceder que cambio su manera de amar? ¿Acaso la manera de amar puede cambiar? ¿Es válido si hoy te amo bien y mañana mal? ¿Acaso me dejo de amar? ¿Acaso nunca me amó?

Me había convertido en una parodia patética de mi.

A media noche ya casi terminando de limpiar y esperándolo  prendí su computador y rebicé unos mail, escribí un poco, moví el teclado y encontré una carta en un sobre. El sobre estaba cerrado aún no lo no habían abierto. En el remitente decía "Sr. Laguna" . Lo abrí,  y lo primero que leí fue " Ya no tenemos nada de qué hablar, de hecho nunca lo tuvimos. Yo soy la prohibida..." 

Empecé a morir.


No confíes y mucho menos te enamores, "porque las mujeres inteligente solo se enamoran de una única forma... como unas idiotas." Y ahí estaba yo, toda una idiota bien orgullosa de creer y de amar. Ya no me importaba si él me creía, la decepción fue tan fuerte. Un hombre cobarde e inseguro de si y de lo que dice amar es lo menos que mereces, me dije. Luego me di cuenta que no, que él nunca me amo, nunca, ni un poco, ni siquiera me lo dijo. Entonces ¿Cual fue mi error? (Sabes que se abren las puertas del infierno cuando haces esta pregunta) Mi error fue creer que llenaba mi mundo cuando no llenaba ni el suyo.
(Y la cerramos cuando nos damos cuenta que ya no importa la respuesta).

Parecía que había estado esperando esa carta por meses. Leí la nota y la dejé en la mesa.


Estaba sentada con los ojos y la boca bien abiertos mirando al vacío, pensando demasiado y a la vez nada. Estaba perpleja, asombrada, dolida pero jodidamente aliviada. Siempre fui fría, no me sorprendía que pudiese irme de ahí y nunca más volver. Solo me preguntada ¿porque la traición? ¿Porque no tuvo el valor de decirme que amaba a otra?. Por que decidió que yo fuera la estúpida de la historia, ¿acaso no me conocía?. Y recordé lo que un día él me dijo "El amor es algo que queremos ver vivo o muerto. Pero no convaleciente."

Entonces sonreí, malvadamente.

La última vez que lo vi no le hablé del tema. No quería discutir. Él sabía lo que estaba haciendo y yo sabía lo que debía de hacer. Dejarlo para siempre.

Él se fue a la tumba creyendo que yo no sabía su traición. Ahora les haré pensar a todos que fue un accidente.